miércoles, 7 de mayo de 2008

Reinventando ser Dentista

Confi-Dental
Conceptos modernos en mercadotecnia odontológica




¿No les gustaría volver a inventar a los dentistas en esta era de modernidades y sorpresas? ¿No creen ustedes que es importante que los directores de las abundantes escuelas particulares de odontología conozcan estas modificaciones y las implementen en sus planes de estudio) ¿Les parece que haga yo aquí un intento?

Cuando después de estudiar Ingeniería Química durante dos y medio años entré en 1965 a la Facultad de Odontología, de la que me siento muy orgulloso ya que era la crema de la crema en el país, se decía que para ser cirujano dentista era conveniente tener una gran habilidad manual, haber sido más o menos buen estudiante de biología, no llevarse bien con las matemáticas, la física y la química y ser muy metódico, muy ordenado, muy limpio… y no tener asco de los fluidos corporales. Entonces, alguien que armaba avioncitos a escala, por ejemplo, podría haber cabido en esta descripción.
Nunca nos imaginamos la dependencia tan seria que ahora tenemos precisamente de estas materias, que so0n las que más se acercan a la exactitud, cuando escogemos nuevos materiales dentales o tenemos que escoger nuevos equipos. Además, idealmente tenemos que saber de inmunología, de bioquímica, de transplantes, de hemodinámica, de microbiología, de nuevas patologías… y de ciencias básicas. Esta época es en la que se están rompiendo viejos paradigmas sociales, históricos y en nuestro caso, científicos y tecnológicos. Y seguramente ya todos hemos notado que se está creando además, una nueva moral y una nueva manera de ver el mundo.

Si ustedes voltean a ver a su alrededor, notarán que los dentistas de éxito que conocemos y que no son pocos, poseen otras cualidades que los alejan de la mediocridad. Tienen, por ejemplo, una mentalidad mucho más empresarial y no es raro que muchos de ellos legítimamente posean otro tipo de empresas que les producen ingresos. También notarán que esa cualidad empresarial, indispensable y vital ahora, los hace ser más receptivos, más dispuestos a la comunicación interpersonal y a la negociación, más abiertos a los cambios, más pendientes de las noticias, más cultivados, y además siempre más osados y temerarios, cualidades que los separan de aquellas almas tímidas que no conocen ni la victoria ni la derrota.

Claro que esto no sucede siempre ni con todos; la biología y quienes nos dedicamos a ella no somos, ni nunca seremos totalmente exactos. Todavía falta que la generalidad de los dentistas lean libros de literatura y a los grandes autores, que conozcan la historia y a quienes la han cambiado, que conozcan nuevos lugares, que se interesen por el medio de vida de otros pueblos y los comparen con el nuestro; que lean diariamente los periódicos; que dependan menos de la televisión y el radio; que entren al mundo fascinante de la computación, que cultiven la pintura, la escultura, la música, la literatura, la poesía…, bellas artes que imitan lo visible y que crean o inventan lo invisible, y que enriquecen nuestras almas.

Siguiendo el ejemplo de estos dentistas de éxito y si dependiera de mí, yo añadiría a la lista de requisitos que mencioné antes, los ocho siguientes:

1. Aumentar la variedad, la calidad y calidez de nuestros servicios para hacerlos más aceptables, a ellos y a nosotros, entre la sociedad. Tenemos una mala fama entre el público que nuestros antecesores se ganaron a pulso, ahora tenemos que cambiarla. Podemos hacer que los villanos ahora sean los otorrinolaringólogos, o los proctólogos, por ejemplo. Tenemos que ponernos en los zapatos de los pacientes y ver nuestros consultorios acostados en el sillón, con la luz en la boca y con un individuo mirándonos mientras sostiene una pieza de mano y un espejo.

2. Tenemos que fomentar el respeto y aumentar el conocimiento de la ciencia y la matemática para hacer a nuestra ciencia más exacta y predecible. Estas son lo único que nos aproxima a la verdad y a la exactitud; dijo Carl Sagan, célebre astrofísico y eminente difusor de la ciencia, que son nuestra única vela en la oscuridad;

3. Elevar nuestra cultura general, que nos acerca al entendimiento y comprensión de lo que pasa a nuestro alrededor y es la única manera de distinguir entre lo que se acepta y se rechaza. Aumentar la cultura general incrementa nuestra capacidad de comunicación, que es crucial para evitar problemas y conflictos y aumenta nuestro número de amigos;

4.
Se ha dicho que las mentes son como los paracaídas: sólo sirven cuando se abren, y por ello hay que abrir nuestras mentes, y
ampliar nuestros criterios, ver la vida en IMAX, para ponernos en el lugar de los demás y aumentar nuestra tolerancia y paciencia y aceptar que debemos cambiar nosotros, en lugar de esperar a que el mundo cambie.
El viejo refrán “me quebro pero no me doblo” ha mostrado ser un sofisma: lo que se dobla, pero no se “quebra” es lo que perdura. Tenemos que adaptarnos al medio, cosa que ha hecho que algunas especies mejoren y perduren, tal y como lo dedujo el genio de Carlos Darwin. Adaptarnos significa aceptar con la mente abierta los cambios que produce el progreso, adoptar nuevos horarios y lugares para vivir y trabajar; aumentar nuestro número de amistades e intereses. Desechar lo que mentalmente nunca hemos empleado para introducir nuevos conceptos, nuevas y maravillosas ideas y maneras de encarar la vida… porque tenemos que hacer espacio en nuestros cerebros, que son nuestros discos duros –sólo que miles de veces más capaces y portentosos que los de una PC.

5. Reconocer que aunque hacemos todo lo posible por ser muy buenos profesionistas, siempre habrá elementos más capaces y preparados que nosotros, (esto cuesta mucho más trabajo que aprenderse de memoria el Ciclo de Krebbs) y es difícil porque exige auto-conocimiento y tener una noción de modestia y humildad y borrar nuestras envidias y rencores, que son los pecados que por terribles juzgo inconfensables y que finalmente harán difícil nuestra entrada al Paraíso… si es que ahí vamos a dar.

6. Aprender a trabajar en equipo y a aceptar y respetar el trabajo y los derechos de los demás, que nos permite aprender a pensar como seres humanos primero, luego como universitarios y al último como dentistas, y a reconocer que por mucho que nos esforcemos siempre habrá trabajos que no podemos hacer, en los que ayudamos más no estorbando. Esta característica tiene especial valor cuando se trata de equipos interdisciplinarios, que nos enseñan a lo que se dedican los demás y en donde lo hacen bien.

7. Aprender a aprender permanentemente, que de paso nos mantiene jóvenes y con agilidad mental.

8. Aceptar que la única manera en que nuestro gremio puede avanzar y fortalecerse es mediante la unión y no aceptar nada y a nadie que nos desuna y provoque discordia entre nosotros. Y lo mismo digo de nuestra Nación. Creo que esto lo he repetido unas cien mil veces en mi vida.
Aunque como sabemos existen muchos Méxicos, no existe, que yo sepa “México de adentro o de arriba” ni mucho menos “México de afuera o de abajo”. Nosotros que somos parte del grupo capaz de México, tenemos que dejar a un lado las insensateces regionalistas y los estúpidos estereotipos que sencillamente nos dividen en provincianos o capitalinos, como desearían ver quienes quieren separarnos y debilitarnos como país.

Ahora sí: añadan la curiosidad, la mística social, el hábito del estudio permanente y crítico, la meticulosidad (que aunque no lo parezca es una buena palabra), la habilidad manual (aunque esa la adquiriremos unos más y otros menos con la experiencia), la limpieza, la buena educación y la empatía, las relaciones públicas, el respeto por el orden (que ya quisieran tener muchos de nuestros seudopolíticos) y añadan el no tener asco a los fluidos corporales. Esta mezcla de características que acabamos de definir deben darnos un buen cirujano dentista moderno, o al menos uno mejor al viejo concepto que el público tiene de nosotros

La odontología es una profesión maravillosa y muy rica en soluciones. En ella casi siempre hay más de una manera de hacer las cosas bien y adecuadamente. Diariamente hay que dejar que entre aire fresco a la odontología.


Háganme sus comentarios en esta misma página para que nos erniquezcamos todos.

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Cordial invitación

a que el viernes 26 de septiembre y el viernes 3 de octubre asistan a mis dos cursos magnos “Reinventando al Cirujano Dentista, Versión 2008” (de 7 horas cada uno, comida y un libro incluidos) en la sede de la ADDF en la Ciudad de México. Esta vez tocaremos temas nunca vistos antes, como la manera de presentar los casos de manera que el paciente los acepte y pague y diversos medios de financiamiento, además de la nueva sección sobre los más modernos materiales y equipos dentales. Por favor regístrese desde ahora, porque el cupo es limitado a sólo 100 personas en cada curso y ya tenemos varias inscripciones. Informes e inscripciones en mi consultorio (55)5550-7074, en la ADDF en el teléfono (55)5611-6856 o con la Dra. Lorena Miranda al celular 04455-1353-5414. Son los mismos teléfonos para adquirir mis libros.Mi página web es www.dentistasenmexico.com
Consulten también la página http://www.odontologos.com.mx/






martes, 8 de abril de 2008

La Importancia de las Asistentes

Conceptos modernos en mercadotecnia odontológica



Conozco muchos consultorios exitosos, y todos tienen, además de un dentista responsable, actualizado, presente y carismático, un buen personal. Entiéndanme: por personal no quiero decir que tienen 20 señoritas sonrientes y vestidas iguales, sino alguien o algunas personas que ayudan en sus menesteres al doctor, por lo menos una asistente que atiende a los pacientes junto con el o la dentista, una recepcionista y alguien que haga la limpieza del local.

Hay alguien que cobra y da citas. Que es la labor más importante de una recepcionista. Hay quien limpia, arregla y desinfecta el consultorio y sus demás áreas, como la recepción, la mal llamada sala de “espera” (que debería ser también de recepción), el baño y los pasillos. Hay asistentes que deben ocuparse de limpiar lo propio de los consultorios dentales y una de ellas (o tal vez la única que haya) debe ocuparse de la limpieza fina, la desinfección y, en su caso, de la esterilización de los instrumentos. Hay quien se dedica a mantener actualizado el inventario del consultorio y que se pelea por los descuentos en los precios, cosa muy necesaria sobre todo cuando se compra en un mismo sitio y en cierto volumen. Hay, en fin, muchas diferentes funciones para el personal.

En México, casi siempre los consultorios tienen una sola persona que hace o trata de hacer todo lo que describí y más. Nuestra asistente.

¿Quién es nuestra asistente?

La asistente es nuestra representante personal. ¿Se han puesto a pensar que si fuéramos países en lugar de dentistas sería nuestra embajadora? ¿Les gusta su embajadora? Generalmente, sobre todo cuando tenemos ya un buen tiempo con ella decimos que sí, sobre todo porque ya nos acostumbramos a su presencia, pero no porque realmente nos guste. Las asistentes siempre pueden pulirse un poco más. Muy pocas son como diamantes que deben irse puliendo día a día para que se vuelvan joyas. Otras no dan para más: dice un dicho mexicano que “quien nace pa´ maceta no pasa del corredor”, aludiendo a que hay quienes nomás no están hechos para otros puestos. Por eso, hay que elegirla bien. Para ello, hay toda una serie de capítulos al respecto en mi libro “Cómo aumentar el número de pacientes y de tratamientos aceptados” que detallan desde cómo redactar un anuncio para solicitarla, hasta evaluar sus capacidades mediante una entrevista y en una interacción con el resto del equipo. La asistente dental es, dentro del consultorio, quien más personas nos recomienda. Su opinión (o su mirada o su gesto) son determinantes para que un presunto paciente acepte un tratamiento y un presupuesto.

¿Cuánto deben ganar las asistentes?

Depende. ¿Cuánto gana usted? Una proporción de sus ganancias debe ser repartida entre su personal, dependiendo de qué tanto trabaje cada uno de ellos. Pero siempre recuerde que quién paga con cacahuates, sólo consigue changos para que trabajen con él o ella. Sea generoso y serio: haga que se sientan orgullosas de trabajar para usted. De hecho, haga que se sientan orgullosas de trabajar CON usted. Una asistente de tiempo completo, esto es de 40 a 48 horas a la semana, no debería ganar menos de $5000 al mes, entre salario, comisiones, bonos, etc. Si ella baja su productividad, también debe notarlo e su salario, porque también deben bajar sus percepciones. Si una asistente no le funciona, cámbiela de inmediato. No se toque el corazón, que hay muchas personas solicitando empleo.

Pero aquí volvemos al principio: ¿valdrá la pena solamente despedirla o será mejor invertir en convertirla poco a poco en una joyita? ¿Vale más pagarle ahora la indemnización por despido o mejor invertir en su mejoramiento? Desde un punto de vista de responsabilidad social, esto último tiene más sentido, pero ustedes que las conocen personalmente son mejores jueces de estas decisiones.

Lo importante es reconocer su importancia en el éxito del consultorio. Los pacientes las consideran como parte de la familia del mismo, y se extrañan cuando ya no las ven. Probablemente, ya que no saben nada de nada, nos echen la culpa a nosotros si cambiamos con frecuencia de personal. Y termino donde empecé, pero mejorando la frase: no conozco ningún consultorio exitoso que no tenga personal, en donde no haya por lo menos una asistente y una recepcionista.


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RECUERDEN que los invito a hacerme sugerencias, comentarios y preguntas en mis correos electrónicos, que aparecen en esta página del Blog.
También les recuerdo que en septiembre y octubre serán mis dos cursos magnos (de un día completo cada uno) en la Ciudad de México. Los que vayan a registrarse, háganlo desde ahora, porque el cupo es limitado a sólo 100 personas en cada curso. Informes en el (55)5550-7074. Es el mismo teléfono para adquirir mis libros.
Mi página web es
www.dentistasenmexico.com

jueves, 13 de marzo de 2008

¿Cómo le subimos a los precios?

El título de esta artículo está muy mal redactado, precisamente para que los lectores aprecien lo mal que se oye. Nuestros honorarios, que no precios, deben ir aumentando para que nosotros conservemos el poder adquisitivo, e incluso para ganar más cada vez; pero esta alza debe conformarse a varias condiciones:

· Debe ser gradual
· De preferencia, no debe ser notada por los consumidores.
· Y, no debe hacer salir nuestros honorarios de los precios del mercado.

Para lograr esto, ahora que ya han comenzado algunos a telefonearme para “ver a cuánto le voy a subir” (sic), mi respuesta es la siguiente:

No se suben los honorarios de golpe. Se suben durante todo el año mediante una sencilla fórmula que enseño en mis cursos. Una vez que se conoce el índice de aumento de la inflación para el año siguiente (lo cual aparece en todos los diarios en el mes de diciembre), se le añaden cinco puntos extra y a esta suma se le divide entre doce, que son los meses del año. Programan su computadora para que cada día primero de mes sus honorarios se incrementen en ese porcentaje y listo. ¿No tienen computadora? Mal, muy mal, pero se puede arreglar este asunto haciendo estos cálculos a mano, lo que es mucho más tardado y engorroso, pero funciona igual.

Esta es la fórmula: Digamos que la suma de la inflación para 2008 más los cinco puntos extra de ganancia nos dan un 8%. Dividan entre 12 a ese 8% y esa cantidad añádanla mensualmente a cada uno de sus servicios. Si venden en enero una obturación, por ejemplo, en $1000, en diciembre deben venderla en $1080. Es decir, hay que añadir mensualmente la cantidad de $6.66 al precio original. Como ven el cambio es muy pequeño mensualmente, pero cuando sumamos todos los ervicios, nos va dando cantidades de ganancia extra ya importantes.

Si ustedes deciden subir repentinamente y mucho sus honorarios, se saldrán del mercado. ¿Qué quiere decir esto? Que sus honorarios resultarán escandalosamente superiores a los de los demás, y los pacientes los dejarán. Estos hacen ahora más comparaciones que nunca. Acuden a uno y a otro consultorio para ver quién —según ellos—les da más (servicio, calidad, valor agregado, puntualidad, etcétera) por menos dinero. Esto es algo que está muy mal hecho, y que todos los dentistas sabemos que en la inmensa mayoría de los casos no se confirma en la realidad, pero los pacientes no pueden ni quieren comprenderlo —como no lo hacen con los beneficios que ofrece la odontología preventiva— y por eso se llevan las sorpresotas que se llevan y la CONAMED está tan llena de demandas contra nosotros los dentistas. Cuidémonos mucho de no caer en ello ni en el caso peor, que es el de ser objetos de demandas penales, porque con estas (ahora ahora) va uno a la cárcel en tanto se averigua.

Los honorarios pueden ser altos, dependiendo de cada uno, pero sin salirse del mercado porque nos arriesgamos a quedarnos sin pacientes. Hay algunos colegas que me dicen muy orondos: “yo cobro (sic) quince mil pesos por una corona de metal porcelana”, y yo pienso: “pues debes hacer muy poquitas a ese precio”. Su consultorio debe estar vacío, y todos sabemos que quien tiene un consultorio así y sigue trabajando definitivamente NO vive de la odontología, sino de otra cosa.

Si subimos nuestros honorarios según la fórmula ya mencionada, nadie lo notará, porque un 0.66% mensual es indetectable. Por ello hay que hacer notar cuando hacemos planes de tratamiento con sus respectivos presupuestos, que éstos últimos tienen vigencia de un mes solamente. Si el mismo paciente regresa unos meses después, tras de andar de shopping, y nos “escogió”, hay que ponerle al día el presupuesto con los honorarios de la nueva fecha, que tendrán una diferencia tan pequeña que no tendrá importancia.

A los pacientes que ya están bajo tratamiento, hay que conservarles los precios originales.


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RECUERDEN que los invito a hacerme sugerencias, comentarios y preguntas en mis correos electrónicos, que aparecen en esta página del Blog. También les recuerdo que en septiembre y octubre serán mis dos cursos magnos (de un día completo cada uno) en la Ciudad de México. Los que vayan a registrarse, háganlo desde ahora, porque el cupo es limitado a sólo 100 personas en cada curso. Informes en el (55)5550-8888. Es el mismo teléfono para adquirir mis libros.

viernes, 1 de febrero de 2008

El Raterismo en México, 1

Esta y las próximas colaboraciónes no odontológicas aparece ya y seguirán apareciendo en el blog http://www.vuela-pluma.blogspot.com/ porque esta dirección será consagrada desde febrero a hablar de mercadotecnia en odontología. Busquen por favor en ambos sitios próximas colaboraciónes.


El raterismo en México, 1.

Hace unos meses estuve en Europa. En Atenas, justo frente a mi hotel había un local con una cruz verde de neón en la entrada: una típica farmacia de barrio. Era pequeña, y la atendía una sola empleada escuálida. En una ocasión, Al pasar frente a ella, entré y le pregunté a la flaca cuánto costaría que me pusiera en el brazo la vacuna contra la influenza. Un Euro, me contestó.

Allá, a cualquier peatón le cuesta un Euro. En la bella y sencilla Grecia, que ya es parte de la Comunidad Europea, y por ello mucho más rica que nuestro país, que pésele a quien le pese, junto con resto de Latinoamérica, aún pertenece al Tercer Mundo. ¿Por qué aquí en México, a precio de proveedor, esa misma vacuna me cuesta $300 pesos, que son 18.75 €? 1875 por ciento más que allá. La lógica indicaría que una vacuna debe costar menos en un país más pobre para que pueda llegar a más gente, ¿no crees? Ni hablar del beneficio sanitario y sobre todo del económico que conlleva prevenir enfermedades en vez de curarlas y luego hasta rehabilitar a quienes enferman. Sólo un loco ignora esto. O así parecería ser.

Compré unas medicinas en la Farmacia San Pablo, que yo creía que era sinónima de la baratez farmacéutica. El famoso Lipitor, que es la droga que más ha redituado a la industria farmacéutica en todos los tiempos (más que el Valium y el Viagra), y que se emplea para bajar el colesterol y los triglicéridos (las grasas de la sangre) cuesta en México, por gramo, agárrese bien, $1818.33. O sea que el kilogramo cuesta $1 818 333.33. Sí: un millón ochocientos dieciocho mil pesos con treintaitres centavos. Para que usted se dé una idea, un kilo de oro puro cuesta, ahora a principios de 2008 que está tan caro, $335,183.32. El Lipitor cuesta, gramo por gramo, casi cinco y media veces más que el oro de 24 kilates.

Ahora no sé qué hacer. Si prefiero vivir arriesgándome a que el colesterol me tape las arterias pero con dinero para pasarla de maravilla el resto de mis días, o si elijo vivir muchos años muy sano pero sin un clavo porque todo ese dinero ha tenido que emplearse en medicarme.

En este caso, vivir pasando fríos y sufriendo carencias indudablemente tendría el doble efecto de que la vida me pareciera más larga. Si no me tomo la medicina me arriesgo, además, a que “el resto de mis días” literalmente puedan ser muchos, muchos menos. Me atosiga la imagen de mí como un homeless, un hombre de la calle, barbón, ensueterado, pero con hoyos en los codos y con un sucio gorro de pompón, muriéndose de frío. ¿Qué camino elegirías tú? Te advierto que tu respuesta dirá si tiendes a ser un sibarita o un espartano. Y si eres obediente con tu médico.

Otro ejemplo, que nos hace reflexionar en el mucho dinero y en el gran trabajo que cuestan dormir bien en estas épocas: el Halción, que se emplea con inductor del sueño desde hace muchos años, cuesta $62.73 por gramo. Y ni hablar de otra medicina mucho más cara: el Stilnox. Hagan sus cuentas y mejor traten de lograr la paz interior y una conciencia muy tranquila.

Pero en Sudamérica, que como ya dijimos también pertenece al Tercer Mundo, las medicinas en general cuestan menos. ¿Por qué es más barato allá? Una buena razón es porque en Argentina, Brasil o Perú lo importan de una compañía farmacéutica de la India. Y en Brasil a veces se brincan las leyes de patentes. Hablando de medicinas, digo que lo que es bueno para los peruanos y especialmente para los argentinos, también es suficientemente bueno para los mexicanos. O por lo menos para mí.

A quienes protegen el alza indiscriminada de los precios de las medicinas, quienes sean, tal vez oootra vez el Congreso, les propongo que mejor consideren ponerles IVA, pero impidiendo inmediatamente que los precios de éstas se eleven más allá de lo razonable. La verdad, con los precios actuales e indudablemente con los precios futuros nos va y nos irá peor que si las medicinas pagaran doble o triple IVA y tuvieran precios controlados.

Pudiendo vender medicinas a estos precios legalmente —pero cometiendo una flagrante injusticia—, ¿para qué diablos se arriesgan los traficantes de drogas a que les caigan la AFI, la PFP, el ejército o, peor, los otros cárteles, por vender drogas miserables como la cocaína o el crack, que relativamente son tan baratas en comparación con las legales, llamadas medicinas? Tal vez fuera mejor que éstos organizaran una distribuidora de medicinas… o pusieran una farmacia, que al fin y al cabo si algo les sobra a los traficantes es el dinero para hacerlo.

Hoy ha tocado escribir sobre el raterismo de unas cuantas medicinas, pero podría hacer lo mismo con la ropa de marca que se vende en Liverpool o, peor, en El Palacio de Hierro (del que yo totalmente NO soy) comparándola en precio, calidad y diversidad con la que se vende en EEUU, en donde por lo general sale más barata aún cuando a su precio le sumemos el transporte, el hotel y los viáticos. Lo malo es que también podríamos hacerlo (y lo haremos en el futuro) con los vinos argentinos y europeos. O con los zapatos, la perfumería, los artículos electrónicos y, claro, los IPod.

Curiosamente, parece ser que en México lo más barato es lo que venden las tiendas con franquicias estadunidense: Office Max, Home Depot, SAM´s y Costco, excepto en el nuevo Saks Fifth Avenue de Santa Fe. Por cierto: ¿a quien se le habrá ocurrido poner un Saks Fifth Ave justo en medio de donde vive la gente que compra en Saks… pero de Houston o Nueva York? Preveo un futuro oscuro para tal persona.

Y es que hay una tendencia absurda entre los mexicanos para tratar de sacar con el primer cliente toda la inversión que hacen en un negocio. Y hay una gran tendencia para aprovecharse de los demás en lo que respecta al dinero y los servicios. Ni duda cabe que la hay en todos los pueblos, pero oiga usted: acá nos mandamos y caemos en el raterismo (de ratero en su segunda acepción: “aquel que comete vilezas, bajezas o ruindades en los negocios”).

Esto podría explicar algo de lo que pasa en el país: ¿no será también que las élites de la pirámide económica, con desmedida avaricia, impiden que nos beneficiemos también quienes formamos parte del cuerpo o la base de la pirámide? Parece que a nadie le importan aquellos que no tienen ni dinero ni seguridad social y que no pueden adquirir los medicamentos que han de proporcionarles mejor salud y un aumento en su calidad de vida. Además, no nos hemos dado cuenta de que el alto costo de la seguridad social en cualquier institución la pagamos todos quienes somos cautivos del fisco. Pero creo que lo más grave del caso, es que aquellos que trabajosamente llegan hasta el nivel de las élites y se proclaman “rabiosamente” honrados, dejan de serlo (por lo menos para los demás) en un corto lapso: seña inequívoca de que el raterismo ha hecho presa de ellos.

Hoy les he dejado muchas reflexiones. Ojalá puedan contestarlas razonadamente y le den sentido a estos aparentes “sin sentidos”.

Escríbanme para comentar: se valen críticas, pero ya saben: “el remedio, con un trapito”.


Mis próximas conferencias y cursos sobre mercadotecnia odontológica:

· Colegio Dental de Los Mochis, Sinaloa, 9 de febrero (día del dentista), toda la mañana. Informes e inscripciones: (668)812-2127 ó ueharamario@hotmail.com

· Universidad Autónoma de Aguascalientes, Semana Cultural de Estomatología, viernes 14 de marzo, toda la tarde. Informes e inscripciones: (449)138-6016 ó ryeogon@hotmail.com


· XXll Congreso Estatal de la Federación de Cirujanos Dentistas de Sonora, el cual se llevara a cabo los días 9,10 y 11 de Octubre de 2008, San Carlos Nuevo Guaymas, Son

· Y sobre el papel del dentista en el tratamiento del ronquido:
III Curso GELARA y 3er Encuentro Mexicano de Roncopatía y Apnea del Sueño, Nuevo Vallarta, Nay., 31 de julio y 1 y 2 de agosto. Inscripciones e informes: (55)5568-6954 ó mailto:clivoz@gmail.cpm,

sábado, 5 de enero de 2008

La ciudad olvidada

HACE UNAS DECADAS, todos los mexicanos y millones de extranjeros (sobre todo cubanos) deseaban venirse a vivir a México, que era una ciudad magnífica: linda, limpia, bien trazada, de apenas cinco o seis millones de habitantes que dejaban vivir a los demás, entre otras cosas porque casi todos tenían trabajo. Y había orden y civismo, esas dos cualidades ahora prácticamente desconocidas entre los habitantes menores de 45 años. Cometías un delito, una falta administrativa (que así era juzgada por la policía) o un exceso y en medio de averiguaciones acababas en el bote, tras de ser paseado en una patrulla de la policía dizque preventiva o, si te iba peor, en un carro sin marcar de la tenebrosa DIP, ahora desaparecida. El tiempo en la cárcel variaba según tu acción, falta u omisión.

Eso era hace décadas. Luego nos atiborramos de todos los mexicanos que deseaban (y necesitaban) vivir en esta ciudad y que ahora, tras de volverse ricos y regresar a sus estado de origen (aunque nunca cultos o civilizados) son los mismos que hablan mal de los capitalinos, tildándonos de chilangos (que considero insultante). La ciudad de México fungía entonces, no sólo para todo el país sino para muchos países americanos y europeos, como los EEUU ahora: a ella emigraban aquellos que querían trabajar o estudiar a cualquier costo. Era la ciudad a la que se fugaban los cerebros... y las manos. Esto sucedió en tiempos entre los años 70 y 82, cuando eran presidentes dos personajes que si no hubieran sido trágicos hubieran sido muy cómicos, Luis Echeverría y José López Portillo.

Esta inmigración, a la que también debemos añadir la de aquellos que huían de los regímenes dictatoriales del cono sur y que, como siempre, fueron bienvenidos en nuestro país, hizo que la ciudad se sobrepoblara, que perdiera su limpieza y sus virtudes, que el tráfico se desbordara y hubiera que construir a la carrera nuevas vialidades y que el caserío gris y en su mayor parte opaco y antiestético se extendiera interminablemente por todo el Valle de México y por encima de las pequeñas montañas que se asientan en él hasta insinuarse gravemente en gran parte de los elevados picos que rodean a la ciudad por el sur y el poniente. Si a todo esto le añadimos la pérdida de los lagos por el norte y oriente que en tiempos lejanos, pero tampoco tan remotos circundaban, humidificaban y nivelaban el clima y los acuíferos de la ciudad y su consiguiente hundimiento, tendremos como resultado una ciudad –ahora aparentemente en el olvido o en los casilleros anteriores que se llaman ineficiencia o incapacidad- de miles de kilómetros cuadrados de casas, edificios y calles, pero casi sin parques y sin mercados públicos, desde que corrieron al Lic. Uruchurtu, que fue como un Giuliani pero en serio. Los gobiernos subsecuentes, que empezaron a perder el control y el orden, no tuvieron más remedio que autorizar vendimias antihigiénicas en las calles que para hacer monas tildaron de tianguis, como en tiempos de los aztecas. Lo incómodo y anihigiénico nunca se los podrán quitar. Ni el clientelismo de los partidos políticos.

Bueno, pero al grano: la ciudad olvidada he titulado a esta primera colaboración, porque a pesar de que es una de las ciudades más importantes e interesantes del mundo, y más bellas y ricas de América, con un impresionante número de museos y atractivos turisticos, está olvidada, como una actriz envejecida a la que ningún productor llama para hacer nuevas películas u obras de teatro. Sólo existe en tiempos políticos, en que los gobernantes (por cierto, originarios de otros estados, sin amor hacia la madre) le tratan de tapar el ojo al macho a sus habitantes con obras de relumbrón y que siempre quedan, además de feas, inconclusas, con aspecto corriente y raras. Me viene a la cabeza el llamado Segundo Piso del Periférico (que debería ser llamado un puente de varios kilómetros de longitud sin salidas o entradas útiles y que sólo cambió el lugar de los embotellamientos vehiculares). Además de que se les olvidó colocar puentes peatonales que crucen el gris monolito, ¿no es extraño que aun en tiempos de secas esta obra antiestética produzca agua que escurre sobre los vehículos que van en el, ejem, "primer piso"? Si el gobernante que autorizó la obra tuviera los derechos de autor sobre este prodigio no andaría buscando notoriedad política haciendo y diciendo barbaridades, como que “no hay ciudadanos de primer y segundo nivel (o piso)”, sino que sería más rico y ya se hubiera olvidado de ser globalifóbico (que es una de las más feas palabras que he escrito) y estaría haciendo algo verdaderamente útil para sus semejantes de todo el mundo: llevando agua a las zonas desérticas, eso si: construyendo primero un puente sobre el sitio al que hay que irrigar, por lo que desde luego contaría con el apoyo de los fabricantes de cemento, concreto, varilla... y luego de los fabricantes de tuberías para llevar el agua.

Por ahora, la ciudad de México parece que ha sido recientemente bombardeada, por el vergonzoso estado de su supuesto pavimento, que a veces parece más terracería apisonada. Está, además, a punto de realizarse en ella el horror que profetiza Cortázar en su célebre cuento “La autopista del Sur” (si no lo han leído, háganlo urgentemente). Y no sé si solamente es una figuración mía, pero parece que es en el sur de la ciudad en donde los gobernantes se han pulido en no corregir el pésimo estado del piso de las calles y avenidas. ¿Será una venganza política por los resultados electorales pasados o por aquella ya casi difuminada manifestación en contra de la inseguridad, con la presencia activa de más de un millón de personas vestidas de blanco y sin ser acarreadas?

Un ejemplo está en el tramo del Periférico Sur que va de San Jerónimo hasta el Viaducto Tlalpan, en donde hay que escoger no entre caer o no en un bache, sino en el tamaño del bache en el que tenemos que caer. Tal vez fuera más genuino que las autoridades se decidieran a retirar el poco pavimento que queda, ¡faltaría más! ¿A poco creen que no se atreven?

Y así, las colonias sureñas, habitadas por gente que en su mayor parte paga sus impuestos (porque también viven algunos ricos y muchos políticos) hacen que cada vez sea mayor la necesidad absurda de adquirir una súperestorbosa y súpercontaminante SUV en lugar de un simple automóvil compacto. Recuerdo que hace poco le dije bromeando al vendedoro de una distribuidora de autos: "Si no me haces un buen precio, tendré que importar un auto de los EEUU" , a lo que él me respondió sonriendo burlonamente: "¡Ándale: a ver cuánto tiempo te duran las llantas y la suspensión! ¿Qué no sabes que los autos armados o hechos en México tienen la suspensión reforzada?" Por algo será: mientras tanto, aquellos que desean importar un vehículo (como se les llama ridículamente ahora), quedan advertidos.

Y eso sí: hay buenas y malas noticias para quienes sufrimos la ciudad olvidada: la mala es que los tiempos políticos más próximos apenas se iniciarán a finales del año que inicia, cuando nuestros políticos se peleen por los huesos llamados diputaciones. La buena: que hasta que eso no suceda no debemos esperar tener varias manifestaciones diarias.

Bueno, nos veremos en un mes y mientras espero la comunicación de los lectores.

lunes, 31 de diciembre de 2007

Bienvenidos al blog de Manuel Farill

A partir del 5 de enero esta página tendrá dos contenidos: una que trata de mis impresiones sobre lo que pasa en México y en especial en esta fantástica y despiadada ciudad de México y otra en la que comento mis sugerencias para mis colegas dentistas y nuestros presuntos pacientes.